“Hoy el cine venezolano renace”, con esta frase del presidente del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía, Juan Carlos Lossada, arrancó la ceremonia de premiación del décimo festival de cine venezolano en la ciudad de Mérida; homenajeados, ganadores y una fresca animación llevada a cabo por Ramón Castro inyectaron de energía y una alta dosis de sueños a los presentes.
La película protagonista sin duda alguna fue “El Regreso” de Patricia Ortega, quien no sólo obtuvo el galardón más importante de todos: Mejor Película, sino que arrasó con Mejor Maquillaje (Gustavo González), Mejor Dirección de Arte (María Gabriela Vílchez), Mejor Dirección de Fotografía (Mauricio Siso), Mejor Vestuario (Tania Pérez) y Mejor Actriz de Reparto (Sofía Espinoza).
El premio a la Mejor Actriz fue otorgado a la increíble Samantha Castillo por su papel en la multi laureada “Pelo Malo” de Mariana Rondón, así como Samuel Lange con un premio especial del jurado por su genuino protagónico en el mismo film, que también se alzó con una mención especial, el premio de la prensa y el Mejor Actor de Reparto para el experimentado Beto Benites.
“La distancia más larga” de Claudia Pinto Emperador se llevó a casa el premio del público, así como la Mejor Ópera Prima, dos importantísimos reconocimientos.
“Esclavo de Dios” del joven Joel Novoa Schneider no se retiró sin las manos vacías: él fue merecedor de la Mejor Dirección; esta película también se adueñó del Mejor Guión a manos de Fernando Butazzoni y la mejor edición por Manuel Trotta y Xue Yin.
¿Mejor Actor? La revelación de la comedia: Jean Pierre Agostini por “Papita Maní Tostón”, quien visiblemente conmovido subió a retirar su premio. Mejor Cámara fue para Julio César Castro, Mejor Sonido para Carlos Eduardo Lopera, ambos por “Secreto de Confesión” de Henry Rivero.
Mejor Casting para Ignacio Márquez por “Ley de Fuga”, largometraje que se ganó, además, mejor música gracias a Pablo Estacio, presentación Rap: Big Bad.
El maravilloso homenaje al actor Alfonso Urdaneta posiblemente haya sido el momento cumbre de la noche quien, con 83 años y los duros estragos del Alzheimer, subió al escenario donde cobró energía y sacudió a los presentes con un poema y un monólogo, lo que le significó un estruendoso aplauso.
También se premiaron los mejores trabajos del Maratón Atómico, la mejor Tesis de grado y la mejor escuela audiovisual, todo esto, entre proyecciones, amena música en vivo y jocosidad latente.
Mérida: una ciudad que se convierte sede del séptimo arte nacional por una semana que seduce hasta el más indiferente corazón.
¡Nos vemos en 2015!
Por Mónica Bermúdez Zovko